Savonarola enciende Florencia
El orbe se asolea Y la urbe arde Dios hizo la lumbre una más grande -y roja- que la del amor licencioso y el arte con sus ínfulas pero está hecha de sus miembros cercenados perfumes franceses, espejos venecianos rubores de artificio, pelucas, encajes un arsenal, un polvorín para la dama endiablada y las mentiras de los poetas arden también alto hasta ese cielo que quisieron emular arrancar, bring down to earth engendros mitad Nimrud mitad Prometeo Savonarola ha iniciado un gran fogón popular y le ha puesto un nombre digno de Las Vegas “La hoguera de las vanidades” pero al Plan divino algo todo se le escapa Un viento antibíblico sopla desde el Adriático y ahora las lenguas de fuego también quieren solazarse entre las fachadas de los buenos burgueses Y desde el humilde pie de piedra hasta el campanario todo es infierno Cristo arde en la cruz y cuelga del pandemónium Savonarola, de rojo se ha puesto blanco pero ya es demasiado tarde Florencia será como la lejana Londres Y el antipapa,